Dominicanos deportados de EEUU: "Dame la oportunidad"

 

Más de 5.000 dominicanos/as fueron deportados/as de regreso al país durante el 2012, principalmente desde EEUU. Este clipmetraje de OBMICA busca fomentar la tolerancia y la no discriminación hacia los deportados dominicanos.

 

La mayoría son deportados luego de cumplir condenas por delitos relacionados con tráfico de drogas y otras infracciones penales en ese país. Un porcentaje menor, que alcanzó el 30% en el 2011, es deportado por infracciones vinculadas a las leyes migratorias y leyes de tránsito.

 

Todos los años, OBMICA recopila estadísticas del número de dominicanos/as deportados/as en el informe Estado del arte de las migraciones que atañen a la República Dominicana. También ha realizado un clipmetraje para sensibilizar el público y promover la tolerancia y la no discriminación hacia los deportados dominicanos de Estados Unidos.

 

Aunque la mayoría de las personas deportadas desde EEUU son hombres, el Embajador de la República Dominicana en Washington manifestó en marzo de 2012 que se observa un leve crecimiento en el número de mujeres dominicanas deportadas, muchas de las cuales son madres de niños/as de nacionalidad estadounidense quienes, tras la deportación de la madre, permanecen en EEUU. Esta práctica ha sido objeto de crítica de varias organizaciones defensoras de los derechos humanos de las personas migrantes y sus familias en EEUU.

 

La República Dominicana es uno de los países que se ha visto afectado de manera desproporcionada por la Reforma de la Inmigración Ilegal y de Responsabilidad del Inmigrante de EEUU promulgada en el 1996. Esa ley ha tenido un impacto más allá de su intención original de combatir la inmigración irregular. La expansión de la lista de crímenes u ofensas que ahora llevan a la deportación de residentes legales ha resultado en deportaciones masivas.

 

Para los deportados, regresar a su país de origen representa un desafío. El retorno forzado a su país natal muchas veces se siente como un desplazamiento arbitrario, particularmente para aquellos que han vivido la mayor parte de su vida en EEUU.

 

Para la mayoría de los deportados dominicanos, la reinserción en la sociedad no es una tarea fácil. Puesto que la emigración es una forma de rito de iniciación para el ascenso social y las deportaciones están directamente asociadas a acciones criminales (con o sin razón), el rechazo que reciben es múltiple. Como inmigrantes en busca de una mejor vida, los deportados son vistos como una decepción por haber fracasado; y, como deportados, éstos se consideran una vergüenza por su comportamiento criminal.

 

Aun cuando los dominicanos que son deportados no hayan cometido un crimen en territorio dominicano, y aun cuando la ofensa por la que han sido deportados no se considere un crimen en su país natal, los deportados dominicanos son registrados como criminales a su llegada. Este registro criminal o “ficha” complica su reinserción en el mercado laboral aun más, ya que la mayoría de las empresas requieren prueba de “buena conducta.”

 

El gran número de deportados dominicanos ha empezado a dejar su marca en la sociedad. El impacto socio-económico de las deportaciones ya se siente en diferentes ámbitos. Actualmente, muchos han expresado preocupación y se realizan esfuerzos para sensibilizar a la opinión pública acerca de los desafíos que encaran los repatriados. Instituciones gubernamentales y organizaciones no gubernamentales, grupos locales y de la diáspora se enfocan en cómo las deportaciones afectan las relaciones transnacionales.

 

Más información:

 

Deportados: El Rostro humano de una realidad: Brief sobre la realidad de los repatriados dominicanos

 

Deportees: The Human Face of a Social Reality