Nuestro editorial de hace tres meses reportó sobre el fenómeno inquietante del creciente número de personas desplazadas dentro de Haití debido a la violencia de pandillas. Sin embargo, el escenario que se ha acaparado de la atención en septiembre es el volumen de deportaciones hacia Haití, bajo la administración Biden.

Campamento de migrantes en frontera entre México y Estados Unidos

Entre el 19 de septiembre y el 1 de octubre, los servicios de migración de EE.UU. fletaron 57 aviones para expulsar de su territorio a 6.213 migrantes haitianos, de acuerdo a la Organización Internacional para la Migraciones (OIM).  En esos 13 días se produjeron cerca del triple de devoluciones a Haití por parte de las autoridades estadounidenses que en los siete meses y medio precedentes, de febrero a mediados de septiembre de 2021, periodo en el que 37 vuelos trasladaron a su país a 2.140 migrantes haitianos en situación irregular. De los últimos 57 vuelos, 36 aterrizaron en Puerto Príncipe con 4.298 pasajeros y otros 21 en Cabo Haitiano, con un total de 1.915 migrantes deportados. El 52 % de los expulsados eran hombres, un 26 % eran mujeres y un 22 % eran niños/as. El Gobierno estadounidense ha recibido múltiples críticas por el manejo de la crisis migratoria derivada de la llegada masiva de miles de personas, en su mayoría haitianos, a la frontera entre EE.UU. y México. En el marco de esta debacle su embajador especial para Haití, el Sr. Foote, renunció.

Estos migrantes que llegaron a Tejas no vienen directamente de Haití, ya que la mayoría había estado viviendo en Brasil, Chile y otros países de América Latina durante meses o años. Comenzaron a dejar América Latina cuando oportunidades de empleo escasearon bajo la pandemia. Además, malentendieron que EE.UU. estaba otorgando Estatus Temporal de Protección a cualquier migrante haitiano en territorio estadounidense. De manera que los-as haitianos pagaron a una red de traficantes que sirven de guía a través de múltiples países. En pocas semanas casi 14,000 migrantes alcanzaron la ciudad Del Rio, del lado de EE.UU. en la frontera con México, separada por el llamado Rio Grande. En fin, la Administración Biden comenzó a deportar a migrantes en masse, utilizando un reglamento de la era Trump atinente al control de Covid. OBMICA coincide con un reciente pronunciamiento de cuatro agencias de la ONU y con múltiples organizaciones de defensores de derechos humanos al abogar por un cese de estas deportaciones, reconociendo la crisis que persiste en Haití debido al asesinato de su presidente en julio, el terremoto de agosto seguido por tormenta tropical Grace entre otros retos mayores.

  

Bridget Wooding

Directora de OBMICA