A comienzos de 2024 la violencia de género y las mujeres migrantes están en la mira en las Américas tanto en el tapón de Darién como en Haití. Hace poco un titular del New York Times afirmó que “Las agresiones sexuales a migrantes en Panamá aumentan a un nivel raramente visto fuera de una zona de guerra”. La Organización de Estados Americanos (OEA) presentó en marzo en Panamá una «guía» para atender con enfoque de género los casos de violencia sexual que sufren las migrantes al cruzar el Darién, la peligrosa selva fronteriza con Colombia usada como una ruta migratoria para llegar a Estados Unidos.

Uno de los principales problemas que el Gobierno y las organizaciones humanitarias han recogido es que las migrantes víctimas de violencia sexual se niegan a denunciar porque los tiempos judiciales retrasarían su camino hacia Norteamérica, a donde quieren llegar. Se argumenta que se debe ver ese escenario como «dos caminos», uno «que es el de la atención y otro que es de la investigación». En 2023, 676 migrantes víctimas de violencia sexual en el Darién recibieron atención médica integral de Médicos Sin Fronteras (MSF) y solo en enero de 2024, esa ONG registró 120 casos más. MSF tuvo que suspender su labor médica y humanitaria en Darién desde el 4 de marzo por «orden» del Gobierno panameño, después de lanzar un informe que evidencia una «extraordinaria violencia» hacia mujeres migrantes en la selva fronteriza.

Los recientes acontecimientos marcan un nivel más en la escalada de violencia en Haití, país que atraviesa una profunda crisis humanitaria, social y política impactada por la violencia perpetrada por grupos armados. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 80% de la capital de Haití está controlada por grupos armados. Esto ha llevado a un aumento significativo de la violencia, incluidos homicidios, violencia sexual y secuestros, lo que obliga a la población haitiana a vivir con miedo. La violencia y las guerras entre grupos armados han provocado que aproximadamente 300.000 civiles se queden sin hogar, y el aumento de la violencia sexual y otras formas de violencia de género han afectado cada vez más a la vida de las mujeres y las niñas en el país. Destaca que, en el marco del Año Interamericano de la Mujer, la OEA y la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) realizaron el 26 de febrero una sesión especial para recibir a la ministra de la Condición Femenina y los Derechos de la Mujer de Haití, Marjorie Michel, en la que la Organización reafirmó su compromiso con las mujeres y niñas haitianas. Los casos del tapón del Darién y Haití ilustran la atención renovada que hay que dar a mujeres y niñas en movimiento en situaciones extremas de vulnerabilidad.

OBMICA ha participado junto con nuestra investigadora asociada María Cristina Fumagalli (Universidad de Essex, Reino Unido) en marzo 2024 en Córdoba, Argentina en el 4o Congreso Internacional ‘El Caribe en sus literaturas y culturas’ de la Red Académica Katatay. El título de nuestra ponencia, “Las mujeres son frontera” proviene del programa de Doña Frontera, un importante espectáculo binacional que tuvo lugar a principios de 2023 en Santo Domingo y destaca las múltiples formas en que políticas fronterizas y políticas migratorias y de desnacionalización están afectando actualmente a muchas mujeres haitianas y dominicanas de ascendencia haitiana en la República Dominicana. Existen diferentes formas de medir el nivel de democracia y respeto a los derechos humanos en un país: los textos literarios y teatrales que aquí ponemos en diálogo con la realidad en la República Dominicana no renuncian a expresar esperanza en un futuro más igualitario mientras arrojan luz sobre la difícil situación de las mujeres haitianas y a las dominicanas de ascendencia haitiana. Simultáneamente, subrayan las deficiencias del país en relación con los derechos humanos, y la discriminación de género, raza, color y etnia.

Bridget Wooding