Cartagena+40 concluye con cooperación y solidaridad para proteger a personas refugiadas, desplazadas y apátridas

Cuarenta años después de la adopción de la Declaración de Cartagena sobre los Refugiados de 1984, OBMICA y otras entidades de la sociedad civil y académica de la región celebramos los esfuerzos de los Estados, los organismos regionales y las organizaciones de la sociedad civil comprometidas a abordar de manera integral la situación que enfrentan millones de personas refugiadas, desplazadas internas y apátridas en América Latina y el Caribe, reflejados en la recientemente adoptada Declaración de Chile y el Plan de Acción 2024-2034. 

La Declaración de Cartagena amplió el concepto de quién es considerada persona refugiada en América Latina y el Caribe, extendiendo la definición más allá de aquellos supuestos cubiertos en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 para incluir también a todas las personas que se han visto forzadas a huir porque su vida, seguridad o libertad están amenazadas por un contexto de violencia generalizada, agresión extranjera, conflictos internos, violaciones masivas de derechos humanos u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público. La Declaración marcó un hito en la tradición regional de solidaridad, asilo, protección a las personas refugiadas y cooperación en América Latina y el Caribe. 

En las décadas posteriores, los órganos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos han adoptado la definición ampliada de persona refugiada establecida en la Declaración de Cartagena la cual ha sido incorporada en la legislación interna de 15 países de la región, apoyando y dedicando esfuerzos encaminados a su efectiva implementación. 

La Declaración de Chile y el Plan de Acción 2024-2034 aprobados recientemente reconocen los nuevos desafíos humanitarios que afectan a la región y proponen respuestas de protección efectivas y soluciones, destacando la convergencia y complementariedad entre el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el Derecho Internacional de los Refugiados y el Derecho Internacional Humanitario. 

En este contexto, destaca que la Declaración de Chile de 2024 reafirme este compromiso de América Latina y el Caribe para garantizar los derechos de las personas refugiadas, desplazadas internas y apátridas. Entre los avances destacados en la nueva Declaración de Chile se encuentran los programas de integración, las políticas públicas inclusivas y las medidas contra la apatridia, así como la necesidad de abordar las causas estructurales del desplazamiento forzado y los efectos del cambio climático.  

En tal sentido, la Declaración de Chile subraya la importancia de la participación significativa de las personas refugiadas, desplazadas internas y apátridas--incluyendo disposiciones sobre necesidades específicas de protección basadas en la edad, el género y la diversidad y la colaboración con actores internacionales, el sector privado, la academia y la sociedad civil para implementar el Plan de Acción de Chile 2024-2034. 

Cabe mencionar que el documento de posicionamiento de las Organizaciones de Sociedad Civil elaborado entre las secretarías de las diferentes plataformas que participamos en el proceso de C+40 (Red Clamor, Red Jesuita con Migrantes, Coalición LAC RMD, GAR PAB y FASIC en representación de las organizaciones de la sociedad civil de Chile) fue leído en la intervención que tuvo lugar en el evento ministerial del día 12 de diciembre. Reconocemos que la adopción de un enfoque integral ha de fortalecer los mecanismos de protección en los países de origen, tránsito, destino y retorno, y abordar el amplio espectro de derechos de las personas a lo largo de todo su recorrido, requiriendo un esfuerzo conjunto de todos los países de la región. Para tal fin, los principios y compromisos de la Declaración de Cartagena son hoy más relevantes que nunca. En fin, valoramos el traspaso de CEJIL a la Universidad Alberto Hurtado de la coordinación de la Red ANA (Red de las Américas sobre Nacionalidad y Apatridia), que fue visibilizado en Santiago de Chile en diciembre de 2024.