Nuestra investigadora asociada Charlotte Wiener describe la desprotección en materia de derecho de la población migrante haitiana residente en el Ultramar Francés. El segundo artículo de la serie sobre la diáspora haitiana.
Lire la version française Profils de la diaspora haïtienne dans la Caraïbe #2 : la France d’outre-mer
Por Charlotte Wiener
Investigadora Asociada de OBMICA, basada en Martinica
Población
Es difícil evaluar con certidumbre las cifras de la población haitiana en el Ultramar francés, debido a las restricciones en la difusión de esta información. Por eso el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos en la Guayana Francesa data de 2015 (incluyendo 27,952 ciudadanos haitianos), 2008 para Guadalupe (incluyendo 27,000 ciudadanos haitianos) y 1999 para Martinica (incluyendo 1.300 ciudadanos haitianos). Estas cifras no tienen en cuenta las de la diáspora haitiana con un estatus migratorio irregular, y esto no es insignificante. Además, es cierto que las cifras han aumentado constantemente y que los inmigrantes haitianos continúan manteniendo una posición mayoritaria en la población inmigrante de estos 3 territorios.
Marco legal
Derechos singulares, derechos de excepción, derechos a descuentos, derechos a geometría variable, no derechos del ultramar; Muchos son los términos utilizados para describir los derechos y el incumplimiento de estos en los departamentos de Francia en el ultramar. Martinica, Guadalupe y Guayana, como departamentos franceses, deben seguir la legislación francesa sobre extranjeros, con todos sus derechos y deberes. Sin embargo, esta legislación tiene especificidades problemáticas, ya que reduce radicalmente el número y la calidad de los derechos de los migrantes y refugiados.
Situación socioeconómica: Los inmigrantes haitianos en Martinica y Guadalupe llegaron en un primer momento para aliviar la falta de mano de obra durante la cosecha de bananos, piña y caña de azúcar. Luego, los trabajadores haitianos-as fueron reclutados para romper las huelgas. En Guayana, los migrantes haitianos-as fueron de gran ayuda en la construcción del Centro Espacial de Guayana durante décadas. Hoy en los tres territorios, pero especialmente en Guayana, encontramos miembros de la diáspora haitiana en todo tipo de oficios. Sin embargo, la mayoría continúa sufriendo una explotación que se vuelve tristemente común.
Retos actuales
En Martinica, existe una xenofobia latente hacia los miembros de la diáspora haitiana. Se puede percibir esto a través de comentarios peyorativos en el lenguaje coloquial, que, al mismo tiempo, coinciden con la imagen del “buen trabajador haitiano”. En Guadalupe, este mismo dúo de estereotipos es a veces extremadamente violento, como fue el caso entre 2002 y 2004. Durante este período, un locutor de radio guadalupeño convertido en político, apodado “Ibo Simon”, disfrutó de cierta popularidad al instar a los Guadalupeños a la violencia contra los haitianos culpables, según él, de todos los males. También en Guayana hay razones para hablar de xenofobia. Sin embargo, en este vasto territorio, la diáspora haitiana todavía tiene mejor acceso a la “movilidad social” que en las dos islas mencionadas. Otro gran desafío hoy para la diáspora haitiana en el ultramar francés es el permiso de residencia. Recientemente, las asociaciones han dado la voz de alarma, debido a una nueva violación de los derechos de los haitianos en Guadalupe, que también está ganando terreno en Martinica y Guayana. Sería una cuestión de imponer, sin anuncio y sin preparación, otro obstáculo que se debe confrontar en el permiso de residencia: la necesidad de legalizar los actos de estado civil por parte de la Embajada de Francia en Haití. Que los actos ya requieren la legalización en Haití de: la fiscalía, el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Relaciones Exteriores, y también el Consulado General de Haití, presumiblemente esto no sería suficiente y muestra una falta de confianza en las instituciones haitianas.
Uno de los ejemplos más llamativos de esta discriminación es la búsqueda de supuestos matrimonios de conveniencia por parte de las autoridades francesas. El temor a que surjan estas tácticas es tal que ya ha causado la muerte de un ciudadano haitiano que, mientras intentaba escapar de los controles policiales, se lanzó de un puente en Martinica en 2015. En la Guayana Francesa, se puede hablar de Infraderecho con el decreto del 23 de mayo de 2018 que prevea “experimentar un procesamiento más rápido de las solicitudes de asilo”, ¡el tiempo habitual para presentar la solicitud de asilo de 21 días se reduce a 7 días! Además, los hogares de la diáspora haitiana más pobre no se libran de la Ley de 23 de junio de 2011 contra viviendas indignas, particularmente en Guayana. En vigor desde 2018, el estado francés lo utiliza para expulsar a los habitantes y destruir sus hogares.
Posibilidades para el futuro
Las posibilidades para el futuro dependen no solo del Estado francés para un derecho de los extranjeros en el ultramar que respete a la diáspora haitiana y a todos los extranjeros, sino de una alianza de la diáspora haitiana con la sociedad civil de estos tres territorios para luchar por este respeto. Y esto comienza destacando el valor de la inmigración haitiana y, en general, la inmigración en el Ultramar francés.