Destaca la resiliencia de los inmigrantes, su capacidad para resistir, y su solidaridad con los familiares que dejaron atrás. En el Caribe insular, el país que envió el mayor monto en remesas a otros miembros del CARICOM es Las Bahamas, seguido por Antigua y Barbuda. Los principales países receptores de remesas de otros países del Caribe son Haití y Jamaica respectivamente.
Cierre de fronteras en tiempos pandémicos
Según Pew Research Center (abril de 2020), 91% de la población mundial, 7.1 mil millones de personas, vive en países que restringen la llegada de personas de otros países que no son ciudadanos ni residentes, como turistas, comerciantes, y nuevos inmigrantes. Rondado 3 mil millones de personas, 39% vive en países con sus fronteras completamente cerradas a no ciudadanos o residentes de acuerdo con datos de la ONU. Dichas restricciones varían entre los países más poblados del mundo pero ocurren cuando las aerolíneas han cortado rutas y turismo está en el suelo. Esta última realidad azota al Caribe insular que es la región más dependiente del turismo en el mundo. Algunas buenas practicas entre países vecinos han flexibilizado la posibilidad de migrantes llegar a sus países de origen. La RD facilitó los retornos espontáneos de 200,000 trabajadores-as haitianos. Otros trabajadores migrantes han pasado por experiencias desafortunadas, al estar atrapados en países de destino, impedidos de llegar a casa en Navidad. Este escenario se da con trabajadores agricultores temporeros de Trinidad y Tobago, varados en Canadá porque no encuentran vuelos para volver al Caribe.
Eventos extremos de clima
En una temporada de huracanes del Atlántico fuera de serie se produjeron 30 tormentas con nombres, 13 huracanes, incluyendo seis huracanes de magnitud considerable. En su conjunto, duplica la actividad de una temporada promedio. Dos huracanes catastróficos golpearon a Centroamérica en noviembre: huracán Iota y Eta, el huracán más mortal a escala mundial en 2020, con por lo menos 274 personas registradas como muertas o desaparecidas. Además de anunciar asistencia humanitaria, la administración Trump ha extendido de manera limitada un Estatus de Protección Temporal (TPS) a ciertos países de Centroamérica, en virtud de los efectos de estos desastres cumulativos. También se incluye a nacionales de Haití en los países cuya situación no favorece el regreso de sus nacionales. Inaugurado hace 30 años, TPS evidencia cierta empatía hacia personas afectadas por eventos extremos asociados al cambio climático. El tema está colocado en la agenda de la nueva administración Biden con miras a flexibilizar su debido uso. Cabe notar que un estudio reciente que examina las designaciones y re-designaciones de TPS en el pasado reveló que TPS no contribuye a un aumento en llegadas a EE.UU. en años subsiguientes. (Schoenholtz 2019).
Remesas que no titubean
Las predicciones del envío de remesas eran que los inmigrantes dejarían de enviar dinero a casa cuando el coronavirus les quitara el trabajo. El Banco Mundial pronosticó en abril que las remesas transferidas por inmigrantes a LA/C descenderían casi un 20 por ciento este año. Después de caer vertiginosamente las remesas en marzo y abril en América Latina, alrededor de las tres cuartas partes de las cuales son enviadas por inmigrantes que trabajan en Estados Unidos, se han recuperado, aún más el dinero transferido a algunos de esos países en la primera mitad de 2020. Eclipsó la cantidad del mismo período en 2019. Destaca la resiliencia de los inmigrantes, su capacidad para resistir, y su solidaridad con los familiares que dejaron atrás. En el Caribe insular, el país que envió el mayor monto en remesas a otros miembros del CARICOM es Las Bahamas, seguido por Antigua y Barbuda. Los principales países receptores de remesas de otros países del Caribe son Haití y Jamaica respectivamente. Más de la mitad del total de remesas intrarregionales son de Las Bahamas, un país que curiosamente no participa en ninguno de los regímenes de libre circulación entre las islas.
Peligros en alta mar
En el 2020 el éxodo de venezolanos-as persistió a pesar de un regreso momentáneo de parte de la población en el exterior debido a la pandemia. Independientemente de esta tendencia moderada a la vuelta, las cifras de la ONU estimaron en más de 5 millones de personas migrantes y refugiados en esta movilidad emigratoria constante en el último lustro. Las condiciones de su vuelta a su país fueron engorrosas. A la vez, las salidas continuaron en situaciones de alto riesgo, reconociendo los canales limitados para efectuar la emigración legal. A finales de 2020 ocurrió un naufragio entre Venezuela y Trinidad y Tobago que ha costado la vida de por lo menos 41 personas, incluyendo mujeres y niños-as. Fue un barco apto para ocho personas que salió de Guiria sin chalecos de salvavidas ni equipo de navegación. De seguro que esta migración forzada seguirá preocupando en 2021 cuando distan soluciones a la crisis prolongada en Venezuela.
Vacunas en el horizonte
El presidente colombiano Duque es el único mandatario en AL/C que plantea excluir a una parte de la población migrante del plan nacional de vacunación. El lugar que van a tener los migrantes en general y venezolanos-as en particular no ha sido abordado en el debate sobre vacunación en la región. Aunque el acceso a la vacuna esté garantizado para migrantes sin importar su estatus, no queda claro si constituye una población de riesgo, y tampoco su prioridad de cara a ciudadanos nacionales. Otro desafío es cómo van a ser alcanzadas las personas migrantes que no estén regularizadas. Las campañas de comunicación para atraer migrantes a los centros de vacunación serán clave.