Yoana Kuzmova es abogada y defensora de los derechos humanos de gente migrante y apátrida.

Yoana KuzmovaOriunda de Bulgaria, se graduó de Vassar College y obtuvo doctorado en derecho con distinción en derecho internacional de Boston University. Se especializa en el estudio de los derechos de los no-ciudadanos. Preside la junta de consejeros de la red para solidaridad con los apátridas en el Medio Ambiente y África del Norte (MENA). Sus obras publicadas e intereses académicos giran en torno a la nacionalidad, la soberanía nacional, y las consecuencias a largo plazo de la migración forzada para migrantes y países receptores. Tiene licencia para ejercer como abogada en los estados de Massachusetts y Nueva York y da clases en Boston University. Desde septiembre de 2022, es Investigadora Asociada del OBMICA.

¿Nos puede contar sobre algún proyecto en el que esté trabajando actualmente o que hayas trabajado recientemente?

Durante los últimos tres meses, me une al proyecto Trato Digno de OBMICA y CEDESO. En el marco de este proyecto desarrollé un estudio cuyo objetivo es proponer un conjunto de buenas prácticas para las organizaciones de la sociedad civil que trabajan para asegurar que el debido proceso se aplica en todos los procedimientos migratorios.

El estudio tiene como objetivo sintetiza el contexto de los últimos años y basar sus recomendaciones en las tendencias persistentes en la política de deportación en la República Dominicana. Estas han cambiado poco desde la década de los 1990s. Esta relativa estasis se observa a pesar de que se han producido importantes avances en términos de legislación nacional y jurisprudencia internacional. En los últimos 10 años también se crearon y fortalecieron instituciones importantes como el Defensor del Pueblo.

El estado ha abandonado en gran medida la letra y el espíritu de las Leyes 285-04 y 169-14 y las ha reemplazado con políticas ad-hoc que crean inseguridad para los migrantes, sus descendientes y familias, y para las organizaciones que emplean o apoyan a migrantes.

 

¿Qué fue lo más interesante de ese proyecto y como se aplica a tu práctica profesional?

El proceso de recopilar datos para el estudio enriqueció mis perspectivas sobre el trabajo de incidencia y empoderamiento jurídico y la importancia y dificultades de construir una realidad compartida cuando se trata del asunto de migración en la República Dominicana.

Me marcó profundamente el tiempo pasado en la frontera con Haití y en los centros de detención (“centros de acogida”); y cada oportunidad de hablar con gente afectada por las deportaciones. Tuve la oportunidad de hablar con personas detenidas en dos centros. Lo que más me llamó la atención fue la informalidad del procedimiento de detención y deportación y la importancia de intervenciones oportunas y rápidas para asegurar la integridad de familias y la no expulsión de personas de su propio país. Las organizaciones que integran la plataforma Dominican@s X Derecho han respondido a estas exigencias en una manera inteligente dada su experiencia acompañando personas afectadas por la Sentencia 168-13, junto con organizaciones internacionales como sea necesario.

Para mí fue sumamente interesante observar la participación proactiva de jóvenes afectados por la Sentencia 168-13. Su solidaridad e involucramiento valiente en la defensa de personas vulnerables a la deportación me dan esperanza en esta materia. Como promotora de los derechos de las personas apátridas en MENA, los ejemplos de estos jóvenes dominicanos me dan mucha esperanza e ideas sobre cómo se puede avanzar en la concientización de comunidades de defensora/es en esta región.

¿Nos puede contar sobre tu experiencia como investigadora asociada en OBMICA?

Cada miembro del equipo de OBMICA posee conocimientos que siempre estuvieron dispuestos a compartir conmigo. Me sentí integrada y bienvenida al equipo desde la primera reunión semanal, y aprecié la oportunidad de enriquecer mi comprensión (mayoritariamente académica) de las migraciones entre República Dominicana y Haití con la sabiduría que cada uno de los integrantes de OBMICA podía ofrecer.

Sin duda, lo más destacado fueron los siete viajes en los que pude participar en el Sur del país. Las reuniones de trabajo y talleres organizados con CEDESO y las largas horas pasadas en el vehículo en el proceso, me dieron oportunidades de conversar sobre cada aspecto de mi trabajo y entender mejor los desafíos encontrados en los intentos de promover el acceso pleno al debido proceso en procedimientos migratorios.