24 mayo 2017--OBMICA participó recientemente del Coloquio Internacional La Diversidad Cultural en el Caribe, en La Habana, Cuba, que tuvo lugar en Casa de las Américas, entre 22 y 26 de mayo y en el que se abordó desde varios aspectos el tema “Memoria y conflictos de frontera”. En el marco de esta temática, la directora Bridget Wooding participó del panel inaugural, titulado “La masacre del año 1937 en la memoria cultural del Caribe”, donde dio un vistazo al contexto bilateral actual, 80 años después del histórico incidente orquestado por el gobierno del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo. 

 

Bridget Wooding durante el panel inaugural “La masacre del año 1937 en la memoria cultural del Caribe”Bridget Wooding durante el panel inaugural “La masacre del año 1937 en la memoria cultural del Caribe”Junto a Wooding, varios expertos participaron también con abordajes desde varios enfoques, desde lo artístico hasta lo jurídico. En ese sentido, la profesora de la Universidad de Essex, María Cristina Fumagalli, calificó como uno de los puntos álgidos en el conflicto fronterizo domínico haitiano la masacre de 1937, hilvanando referencias artísticas y literarias. La experta, autora de On the Edge: Writing the Border between Haiti and the Dominican Republic, manifestó además que el hecho orquestado por Trujillo tiene, de alguna forma, su continuidad en el despojo de la ciudadanía dominicana a descendientes de haitianos, por parte del estado dominicano, con la sentencia 168-13, del Tribunal Constitucional.

Por otra parte, Bridget Wooding manifestó que la situación sigue siendo de preocupación porque ni el Plan Nacional de Regularización de Migrantes en Situación Irregular (PNRE), lanzado en 2014 ni la Ley de Naturalización 169-14 ha surtido los efectos deseados, respectivamente para los inmigrantes concernidos y sus descendientes nacidos en República Dominicana con el derecho a la nacionalidad dominicana bajo la Constitución que rigió en el momento de su nacimiento. Se trata de una situación de cierto dinamismo con las políticas en materia migratoria y de nacionalidad pero sin claridad en cuanto a su impacto sostenible.

La directora de OBMICA, quien preparó su intervención sobre la base de reflexiones sostenidas con el etnólogo cubano-americano Samuel Martínez, aclaró que “la lógica de la Sentencia 168 no es la limpieza étnica, ni la esclavitud moderna, ni siquiera la aplicación obligatoria de la ley de migración”, más bien, dijo, la “legalización del no-otorgamiento de la ciudadanía y los derechos”.

Añadió que el bloqueo del acceso de los descendientes de haitianos a las escalas de adelanto socioeconómico, como la educación y los viajes al extranjero, “obstaculizará su capacidad para realizar su máximo potencial humano y, por lo tanto, los confinará, sin guardias, puertas cerradas o cercas, a vidas de subordinación, explotación injusta y pobreza”.

Concluyó manifestando que sectores conservadores han contrarrestado una estrategia legal pro-derechos con “una juridicalización” reaccionaria “del exclusionismo” anti-haitiano. Expuso que en el contexto actual están siendo objeto de exclusión como “haitianos” no sólo los oprimidos y los sin papeles, sino los aspirantes y los hasta ahora ciudadanos dotados de papeles. “Es como si la frontera que sus antepasados cruzaron hace años se hubiera replegado en forma de fantasma legal / burocrático y, metafóricamente hablando, los hubiera cruzado nuevamente.”

Además de la directora de OBMICA, Bridget Wooding, y de la profesora Fumagalli, el panel estuvo encabezado por Frantz Voltaire, director del Centro Internacional de Documentación y de Información Haitiano-Caribeña y Afrocanadiense (CIDIHCA, por sus siglas en francés); el jurista dominicano Edgar Ramírez; Simone Rodrigues, de la Universidad Federal de Brasilia; y Camila Valdés León, moderadora y directora del centro de Estudios del Caribe de Casa de las Américas.